La obra “Aconcagua” de Alexandra Domínguez, realizada en técnica de aguafuerte, articula una poderosa relación entre territorio, memoria y espiritualidad. El título alude directamente a la montaña más alta de la Cordillera de los Andes, símbolo de fuerza, límite y conexión entre la tierra y el cielo. A partir de esta referencia geográfica y simbólica, la artista construye una imagen orgánica y ascendente, donde formas curvas, aves, espirales y signos gráficos parecen emerger desde una topografía viva. La vibración cromática y los detalles grabados sugieren un paisaje interior, ancestral y en constante transformación, donde la naturaleza no es solo entorno, sino también energía, cuerpo y lenguaje.